La primera vez que leí un ovillejo, como una muestra de las posibilidades que las composiciones métricas ofrecen a la poesía infantil, sentí de inmediato la ternura que su música trasmite.
El ovillejo es una combinación métrica que consta de tres versos de arte menor -octosílabos- seguidos cada uno de ellos de un pie quebrado con el que se forma una consonancia, termina con una redondilla cuyo último verso se compone con los tres pies quebrados.
Convencida de su magia decidí compartir con mi hija. El resultado fue simplemente hermoso: al terminar cada poema en su rostro había una enorme sonrisa. Y es que desde el principio se adopta un ritmo afable, que culmina con un verso inesperado:
Además, el ovillejo es una estructura versátil para jugar con las palabras, los mundos y las cosas:
El ovillejo es una combinación métrica que consta de tres versos de arte menor -octosílabos- seguidos cada uno de ellos de un pie quebrado con el que se forma una consonancia, termina con una redondilla cuyo último verso se compone con los tres pies quebrados.
Convencida de su magia decidí compartir con mi hija. El resultado fue simplemente hermoso: al terminar cada poema en su rostro había una enorme sonrisa. Y es que desde el principio se adopta un ritmo afable, que culmina con un verso inesperado:
¿Qué te dice el carpintero?
- Te quiero.
¿Y qué más con su serrucho?
- Mucho.
¿Y qué sueño lo desvela?
- Gabriela.
¿Quién será ese carpintero
que te canta, pequeñuela,
con hoja de fino acero:
"Te quiero mucho, Gabriela".
Ovillejo a Gabriela
Adolfo Martí Fuentes, Libro de Gabriela, 1986
Además, el ovillejo es una estructura versátil para jugar con las palabras, los mundos y las cosas:
Para asuntos de valor
el mayor;
para no cansarse en vano
el mediano;
para tener un buen sueño
el pequeño.
Héroe busco con empeño
que aúne las cataduras
que tienen en mis lecturas
mayor, mediano y pequeño.
Se busca héroe
Carlos Lapeña Morón, Rima Rimando, Colección Luna de Aire, 2007
Y, por supuesto, un ovillejo es una de las formas más bellas para que los hechos cotidianos se vuelvan trascendentes, así como el poeta nicaragüense Rubén Darío dedicó ovillejos a tres de sus amigos:
¿Quién es un amigo fiel?
- Manuel.
¿Y un cumplidor caballero?
- Riguero.
¿De talento singular?
- Aguilar.
Lo digo sin adular,
sin exagerar lo digo:
es un excelente amigo
Manuel Riguero Aguilar.
Ovillejos III
José Manuel Calderón, Rubén Darío para niños, 2000
Hermosos y graciosos. No recordaba el nombre de esa estrofa. Me recordó un poco a los limericks. Siempre contiene una pregunta o es casualidad que lo hayas hecho sí?
ResponderEliminarExcelente Gracias
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