Una mañana llegó a mis manos, producto de la sinergia del arte, un libro pequeño, con pocas páginas y con ilustraciones muy divertidas.
Era una breve antología de poemas de niños, escritos en un taller realizado en una escuela primaria de la ciudad de Guatemala. Luis de Lión fue el maestro y escritor que dirigió ese esfuerzo; antes que fuera secuestrado en mayo de 1984 por el ejército de Guatemala, y desaparecido desde entonces.
Al leerlo aprendí una gran lección sobre la sencillez y el denuedo del quehacer poético, además de convencerme de la necesidad de propiciar experiencias estéticas literarias a los niños y niñas en la escuela; permitir que la belleza de la poesía se vuelva cotidiana como las actividades escolares, es un buen comienzo.
Al leerlo aprendí una gran lección sobre la sencillez y el denuedo del quehacer poético, además de convencerme de la necesidad de propiciar experiencias estéticas literarias a los niños y niñas en la escuela; permitir que la belleza de la poesía se vuelva cotidiana como las actividades escolares, es un buen comienzo.
Aquí comparto algunos de los poemas del taller de poesía infantil:
Golondrina
Golondrina
que vuelas en lo alto,
ven, acércate,
párate aquí en mi mano.
Yo te envidio,
pajarillo de los montes,
eres un astro con alas.
Oswaldo Díaz, 11 años
El grillo
Tú, una musiquita
que toca en mi corazón
una pelotita de hules
que brinca en la
población.
Enrique Paniagua, 12 años
El trompo
El trompo es un mundo
que gira y gira
hasta cansarse.
Es un bailarín
que baila
igual que el remolino.
Es una guitarra
que al tocarla
baila y baila.
Es un lindo sol
que da vueltas.
Armando Poroj, 11 años
El sol
Cuando amanece,
yo me acerco a la ventana
de mi casa
y veo al sol
y le digo:
¡Oh, pedazo de pan
sobre un gigante
plato azul,
pelotita
que da luz a la tierra,
ojo amarillo!
José Alvarado, 10 años
De Una experiencia poética, 2002
Luis de Lión, escritor guatemalteco
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